02 noviembre 2009

Sobre el patrimonio inmaterial

Recuperación y puesta en valor del patrimonio inmaterial: el caso de la provincia de Cádiz


Las primeras décadas del siglo XX fueron, en España, especialmente favorables para la recuperación y el estudio de la cultura tradicional. Dicha bonanza comenzó alentada por la filosofía y la pedagogía krausista y por los estudios de folklore del amplio círculo de A. Machado y Álvarez –Demófilo-, y culminó en la investigación rigurosa y las campañas de difusión puestas en práctica por el Ministerio de Educación Pública de la II República.


Durante la dictadura de Franco la protección y puesta en valor del patrimonio inmaterial estuvo en manos de la Sección Femenina, que hizo un uso nacionalista y etnocéntrico del folklore, limando diversidades y falseando los productos de la cultura tradicional, en pos de unos intereses formativos y divulgadores anejos a las directrices del nacional-catolicismo.


Entretanto, la investigación y difusión del patrimonio inmaterial de España se produjo, sobre todo, fuera de sus fronteras, y quedó bajo la responsabilidad –y los escasos recursos- de los investigadores, profesores y escritores del exilio (fundamentalmente de México y Argentina y, en parte, del de la Unión Soviética).


La Transición devolvió, en la década de los ochenta, el interés por la recuperación y protección del patrimonio etnográfico, sostenido aquél por la persecución de dos objetivos primordiales: a) la puesta en valor de los productos culturales colectivos, esto es, de la cultura popular y rural frente a la producción cultural urbana, de elite y minoritaria; y b) la necesidad identitaria reclamada por la formación de las autonomías.


En los últimos treinta años las actuaciones de la administración pública –y de las instituciones privadas implicadas- a nivel autonómico y local han sido de signo diverso: regidas, a veces, por el respeto al documento tradicional y –por tanto- a su complejidad; y seducidas, otras muchas, por la fácil comercialización y rentabilidad política que el patrimonio inmaterial puede ofrecer.


El tardío reconocimiento de la UNESCO de los derechos de protección de esta parte de nuestro patrimonio puede ser probablemente una causa del maltrato que sigue padeciendo, pero no la única. Por encima, persiste un descuido de este sector en todos los niveles educativos, y sin duda una actitud timorata de las instituciones hacia el reconocimiento de los derechos de protección de un patrimonio efímero, frágil y en continua transformación.


La provincia de Cádiz es paradigmática en el devenir que la protección y puesta en valor del patrimonio inmaterial ha tenido en las últimas décadas. Las actuaciones llevadas a cabo desde principio de los ochenta muestran, en ejemplos muy concretos, ese doble perfil al que antes me refería. Por otra parte, al tratarse de una provincia muy comarcalizada, la de Cádiz es un terreno óptimo para subrayar las buenas prácticas que en cuestiones de identidad cultural puede acarrear la protección y difusión del patrimonio.


Esta ponencia se desarrolla sobre experiencias concretas de la provincia de Cádiz que ilustran tanto la historia como los futuribles de las actuaciones relativas al patrimonio inmaterial.


Resumen de la ponencia presentada en las Jornadas de Patrimonio cultural y desarrollo local (Fundación Provincial de Cultura de la Diputación de Cádiz, Arcos de la Frontera, 14 y 15 de octubre de 2009)