30 agosto 2008

Simeón Serrate y una gaita de piel de culebra

Romances de ronda en Castejón de Monegros (Huesca). Simeón Serrate Mayoral.
Transcritos y anotados por José Manuel Fraile Gil.
Coordinación de Mario Gros Herrero.
Archivo de Tradición Oral de Aragón, 2008.

Cuando en 1988 Mario Gros entrevistó por primera vez a Simeón Serrate, éste le puso como condición cantar con una gaita aragonesa y que la gaita tuviera piel de culebra. El elemento más característico de la llamada gaita de boto es el espacioso depósito de aire confeccionado con la piel de una cabra, así como los tres tubos sonoros (clarín, bordón y bordoneta) cubiertos exteriormente con piel de culebra.
Simeón Serrate (Castejón de Monegros, 1913), hijo de gaitero, fue pastor y en sus soledades de pastor aprendió a toca la gaita. Muy joven se incorporó como danzante (volante) y cantor de romances al grupo del dance de su pueblo y desde 1973 fue Mayoral del dance de Monegros. En la actualidad, reside en Zaragoza, sus manos mantienen la destreza para tallar cucharas y otros utensilios con madera de boj, y su voz y su memoria la frescura para recordar el repertorio espléndido de romances, despertaderas y pasacalles que durante siglos acompañaron la vida festiva de toda la comarca de Monegros.
El disco y el cuaderno editado por el Archivo de Tradición Oral de Aragón constituyen un documento valiosísimo y único de lo que fue el canto romancístico masculino en un ritual hoy deshilvanado, el del dance, articulador de la vida tradicional de una comarca extensa, muy poblada hasta los años cincuenta, y de marcados rasgos diferenciales, la de los Monegros.
Los arcaicos dances monegrinos eran representados y bailados por una veintena de danzantes que, sujetos a un rígido protocolo y guiados por un minucioso ceremonial, oficiaban las fiestas patronales, así como diferentes ocasiones festivas a lo largo del año. El canto anunciado por el mayoral y coreado por el resto de los hombres, al son de la gaita, ha preservado la transmisión de temas romancísticos tan abatidos en el resto de la comunidad hispánica como El rondador desesperado, La flor del agua o ¿Cómo no cantais, la bella?, así como la de un puñado de coplas o cuplillas con las que los grupos del dance fueron de ronda para despertar a las solteras o convocaron en la aurora a sus vecinos para el rezo del rosario.
En Castejón de Monegros siguen procesionando a Santa Ana cada 26 de julio, precedida ésta por los grupos de mujeres que intentan retomar la tradición del dance que un día los hombres descuidaron. Al regreso de la ermita, aparece siempre el diablo tratando de parar la procesión, y siempre, entonces, interviene un ángel que lo derrota y que permite que continúe el canto y la danza.

De crónicas, bailes y cuentos (lecturas)


Luis Díaz Viana, De lo propio extraño (crónicas antropológicas),
Madrid, Sendoa, 1997.


"El escritor y el antropólogo vienen a estar unidos no tanto por su escritura como por su función esencial: esa de no servir aparentemente para nada dentro del sistema dominante si no es para denunciar sus deficiencias -lo que probablemente no sea poca cosa-. Uno y otro se hacen preguntas, hoy, sobre nuestras perplejidades esenciales. Una de tales preguntas -y no la menos importante-debería de formularse sobre los motivos que han hecho de nuestra cultura y nuestro arte lo que actualmente son: productos y no procesos inmersos en la vida, objetos más de lujo que de consumo cotidiano, aunque -eso sí- el mercado los haya democratizado en sus variantes más asequibles." (La cultura como producto, la cultura como proceso)

"Somos en los otros. Y el otro en el que nos buscamos puede estar en Melanesia o en la puerta de al lado. En las infinitas formas de vivir la cultura. Siempre viajamos aunque no salgamos de nuestro pueblo. Nunca estamos lo suficientemente lejos de nosotros mismos como para dejar de ver las cosas desde nuestra realidad primera. Eternamente condenados a repetir lo que digan las sombras inclinadas sobre nuestra cuna.
Nos reconocemos en los rituales, en la repetición de aquello que no sabemos describir. Rituales con los otros y pequeños ritos individuales que nos ligan a lo ya vivido. Rituales en el amor y en la muerte. En la forma de amaestrar el vértigo del deseo o de conjurar la tristeza de lo que perdimos. Una caricia contra el pasado. Un gesto ante la nada." (El otro)

Juan Ignacio Pérez y Ana María Martínez, Cien cuentos populares andaluces recogidos en el Campo de Gibraltar,
Algeciras, Asociación Litoral, 2006. Prólogo de Antonio Rodríguez Almodóvar. Repertorio de cuentos de costumbres recogidos entre 1984 y 2002.

Rocío Plaza Orellana, Bailes de Andalucía en Londres y París (1830-1850),
Madrid, Arambel Editores, 2005.